a nivel psicológico: confianza en sí mismo, análisis los propios temores valor suficiente para asumir riesgos, serenidad para afrontar momentos difíciles ambición e ilusión por el proyecto. Cualidades interactivas del emprendedor tienen que ser: capacidad de organización, capacidad de coordinación, capacidad de dirección de equipos, capacidad de motivar, capacidad de tomar decisiones, capacidad de análisis de la realidad, del entorno y de sus necesidades, capacidad de innovación y renovación constantes, saber elegir a sus colaboradores. Los rasgos personales pueden definir el futuro que pueda tener una emprendedor, pero también es necesario no perder de vista el conocimiento del mercado y las herramientas necesarias para dar forma las ideas nuevas. Uno de los temas a tener en cuenta es el cambio de paradigma que tiene que afrontar quién va a iniciar un emprendimiento porque lo habitual es pensar en desarrollar un negocio con el esquema que siempre se utilizó para abrir negocios. Hoy las condiciones del mercado han cambiado, hasta tal punto que para iniciar un negocio primero hay que situarse en las necesidades del cliente y después en las del emprendedor.
Por eso el ejercicio de situarse en la piel de la persona que emprende es fundamental para un técnico que asesore una empresa. Y de ahí que en ocasiones utilice ese recurso para poder situarles en la dinámica adecuada del desarrollo de un buen asesoramiento. Como asesor de emprendedores debo preguntarme siempre si el proyecto que analizo resultará un producto o servicio por el que alguien esté dispuesto a pagar. En el esquema tradicional heredado de la economía de producción, la idea era otra y consistía en producir, hacer la oferta y esperar a que viniera la gente comprar. Ahora, cómo nos manejamos en la economía de mercado, hay que ver primero qué quiere la gente y después producir.