La intuición y la capacidad para anticiparse al futuro son dos valores imprescindibles en los mercados actuales. Todos los emprendedores tienen que enfrentarse en algún momento del inicio o del desarrollo del negocio a la prueba de fuego de resolver problemas con una mínima información. O se ven obligados a tomar decisiones clave para el futuro del negocio en momentos de máxima incertidumbre.
No te ancles al pasado
Estas dos habilidades, que muchas veces se consideran innatas, tienen mucho que ver con la forma de enfrentarnos a los problemas. Es muy común que cuando nos surgen problemas, nos preguntemos ¿por qué no habré hecho esto? Este tipo de preguntas nos anclan al pasado. Por contra, las preguntas del tipo ¿para qué? nos ayudan a situarnos en el futuro: ¿para qué voy a hacer esto? ¿qué quiero conseguir?.
Cómo desarrollarla
Para mejorar el pensamiento intuitivo, debes acostumbrarte a analizar el mercado y tu empresa desde una visión de conjunto. Si te quedas en los pequeños detalles, estás limitando tu capacidad para anticiparte al futuro. Pero recuerda que dejarse llevar por la intuición no significa que tengas que renunciar a recopilar toda la información posible antes de resolver un problema. O que tomes decisiones importantes sin analizar las consecuencias. La clave está en aprender a simplificar la información, en ser capaz de detectar las ideas más importantes para explicar situaciones complejas e intentar identificar relaciones que no resulten obvias en un principio.