Es posible que dentro de un tiempo necesites trasladar tus instalaciones a un local más grande, que un cliente esté tardando en pagarte y debas adelantar el IVA de su factura, o que te haga falta comprar nuevas herramientas para tu negocio. En cualquiera de estos casos será necesario tener liquidez.
Pero si has cometido el fatal error de no separar tus finanzas personales de las de tu negocio es posible que cuando llegue ese momento no tengas el dinero que te hace falta. Empieza entonces una carrera a la desesperada por intentar conseguir financiación externa.
Para que esto no te suceda no te gastes todo lo que tu negocio genere. Ponte un sueldo, el que tú consideres justo, y guarda siempre algo de dinero para reinvertirlo en tu empresa. Así, si llegan tiempos de necesidad económica tendrás un pequeño colchón que te permitirá mantener tu negocio funcionando.